de Pedrique, Luisa (2001) muestra
a quienes han sido sus lectores en este curso, que un proceso de atención y
evaluación antropológica que permite generar al facultativo en psiquiatría un
diagnóstico de cara a los elementos propios de una paciente.
La autora que aquí
se menciona afirma textualmente que el proceso llevado a cabo desde la
antropología no sólo colaboró en el proceso de diagnóstico, sino que también se
caracterizó por el énfasis que puso en las narrativas, posturas y relatos de la
paciente: “Destacamos la importancia del relato de la propia paciente, escuchar
su discurso y a través de su interpretación de los sufrimientos y malestares
que la aquejan, ayudar a aclarar varias cosas: por una parte aspectos de su
infancia y primera adolescencia que no necesariamente aparecen en la Historia Médica y que pueden resultar
claves para el diagnóstico, en este caso concreto, el maltrato sexual al que
fue sometida. Por otro lado, el descubrimiento de las creencias mágico-religiosas
de la paciente y cómo las utiliza para explicar su “estado de malestar”: en
este caso el fenómeno de la posesión. Y por último, mostrar a los médicos
psiquiatras la utilidad del enfoque antropológico para el diagnóstico de la
enfermedad mental y para lograr algo que no es menos importante: una empatía
hacia el enfermo y su sufrimiento a través de la relación médico-paciente.
Aquí se habla de la contribución
que el método antropológico hace al proceso diagnóstico ¿desde la perspectiva
disciplinar psicológica, cuáles han de ser las contribuciones que los
profesionales de esta área tendríamos que hacer al tratamiento y diagnóstico de
ciudadanos cuyo padecer psíquico se refleja en síntomas asociados a alguna
enfermedad mental?
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